lunes, 14 de mayo de 2012

Siempre recuerdos.


Me acuerdo. Me acuerdo de tu mirada, de tu sonrisa. Y se, que he escrito textos sobre esto, creyendo que algún día esos textos serían leídos, encontrados. Se que sabes que me has hecho mucho daño. Cuando me preguntaste cómo estaba, no supe que decirte, por un momento temblé, porque me siento tan indefensa cuando me preguntas esas cosas tan simples y normales que no se cómo explicarte, no se como mentirte sin que se note o decirte la verdad y que no me dejes en la nada, suspendida. Me estremezco de sólo pensar que algún día no estarás, y dirás, que es cuestión de tiempo para que cada uno crezca y haga de su vida un camino distinto y alejado de lo que un día supimos que fuimos. Me olvidarás, poco a poco dejarás de recordar cómo brillaban mis ojos, cómo se sonrojaban mis mejillas cuando decías que me querías, mi voz dejará de sonarte bonito y poco a poco la confundirás con las demás, no sabrás cómo ya imaginarme en tus sueños, no recordarás que sentías al hablarme. No sentirás ese cosquilleo en el estómago cuando pienses en mí, con tu insomnio a cuestas, gastandolo en ese techo que ves en el cielo de tu habitación. Me borrarás. Seré nada más y nada menos que una persona, una de muchas en tu vida. Insignificante, pequeñita, olvidable. Y volverás, o volveré, lo mismo ni nos reconoceremos entre la multitud. No puedes culparme si pienso en esto. Me cuesta comprender que todo este tiempo me esforcé por olvidarte, tantos días, minutos y segundos de mi vida, duros y solitarios, para dejar de sentirte, presente en cada rincón de mi vida. Y tomó unos pocos segundos, quizás catorce, para encontrarme, y verte, lejos y cerca, y volver a respirar.



martes, 1 de mayo de 2012

32.


Recuerdo cómo quisiste unir los pedazos, reconstruir todo el rompecabezas, un libro que hablaba de historias de una chica sufrida y aún así, sostenerla, sostenerte de mi, con fuerza, con miedo a fracasar. Recuerdo tu decepción...Recuerdo cómo sonó tu voz, cómo me decías esas palabras que cubrian tu dolor de finalmente dejarlo ir, sonaron como un 'perdóname, no puedo con esto'. No pude decirte nada, suplicarte, no pude, y en los pequeños momentos en que susurrabas, sentía que mi corazón se detenía, esperando el momento en que la comunicación se cortase. No pude explicarte, no me salían las palabras, quizás dije cosas que no debí decir y silencié otras importantes a cambio. Que quizás, esas piezas rotas nunca podrán unirse y no es tu culpa ni la mía, así es la vida. Quizás soy sólo un caso perdido, una persona por la que no vale la pena jugarse o gastarse. Pero tu más que nadie debes saber que probablemente esto es lo mejor para ti, quiero lo mejor para ti, probablemente no soy lo mejor para ti. Trate con todas mis fuerzas de arreglarlo, y termine con tantas heridas que apenas puedo curarlas, debo haber sostenido tu mano demasiado fuerte que no tuviste lo necesario para luchar, quizás necesitabas más tiempo para sanar tus propias heridas. Quizás, nunca puedes realmente arreglar un corazón.



viernes, 27 de abril de 2012

31.


Me tuviste, fui tan tuya como mía, y no hiciste más que dejarlo ir. Fue muy simple, lo más fácil renunciar es esto que parecía darnos tanta vida, tanto espacio para respirar. El uno para el otro, eramos ese aire que sopla, eramos lo que necesitabamos, lo que queríamos ser. No había mucha vuelta, te quería, me querías y todo lo demás se iba dando con normalidad. Solía pensar que las chicas que empezaron a aparecer tenían la culpa de nuestro distanciamiento, realmente las odiaba, por ser tan hijas de puta, por sacarme lo que me hacía bien cuando en verdad no eran más que una de las tantas razones y excusas que existían. Muchas cosas se interpusieron en el camino, no lo dudo, pero la principal fuiste tú mismo, interponiendote entre tus sentimientos.
A veces pienso que también fui una del monton. O así lo sentí cuando te leí comentandote con una de ellas, sentí cuando en ese preciso momento el mundo comenzó a desmoronarse, pedazo a pedazo, recuerdo a recuerdo, todo totalmente destrozado. No me pediste perdón, no me explicaste, no habían palabras para hacerlo. Tus ojos fríos notaron que desde el momento en que decidiste besarlas, abrazarlas, hablarles como a mi, me habías perdido. Tu silencio fue mucho más fuerte que tus ganas de arreglarlo. Y si te hubiese bastado con una sóla, pero fueron muchas, muchas chicas una detras de otra, todo enfrente de mis narices. Me creíste una insensible, hiciste de mi a una desconfiada, a una chica herida en el alma. Eras un desastre pero si no fueses quien eres, no te hubiese amado como te amé.



jueves, 19 de abril de 2012

30.


Yo le dí para adelante. Jugué, peleé, luché, entregué mil cosas a cambio de un poco de tranquilidad. De silencio para mí. Necesitaba sentirme egoísta, necesitaba que la gente entendiera que eso pretendía. Siempre fui de pensar en que todo lo que hiciera le podría hacer mal al de al lado. Pero llego un punto en mi vida en que comprendí que no podía vivir por ellos, como si yo fuera lo que ellos quisiera que fuera. Cuando miraba a los ojos de esos extraños hablandome y recomendandome qué hacer y cómo hacerlo bien, solo podia sentirme perdida entre mil palabras que nunca encontraban sentido. Dejé tanto por personas que nunca me devolveran ni una cuarta parte de mi. No les importó dejarme. No les importó lastimarme cuando sabían, podrían derrotarme. ¿Por qué debería importarme ahora? ¿Otra vez?. Si bien mi corazón es fuerte, no puedo subestimar al mundo que lo rodea, hambriento de dolor, hambriento de nada. Y si me ha dicho que basta de heridas y lágrimas, es porque definitivamente esta historia no va más.


miércoles, 18 de abril de 2012

29.

Parece que fue ayer cuando vi tu cara por última vez. Tanto tiempo después sigo esperando tener una segunda oportunidad para reparar el daño causado. Si pudiese te sujetaría entre mis brazos, curaría tu dolor, deseando hacer lo que sea necesario para que seas el mismo de antes.Poder agradecerte, o mirarte a los ojos por última vez, tener la esperada despedida o sostener una charla en silencio, un silencio que comprende las lágrimas que derramamos. No imaginas como te he extrañado todo este tiempo que no has estado cerca. Ya no queda tiempo, ni arrepentimientos que valgan, lo que tuvimos fue bonito, fue lo mejor...mientras duró.