miércoles, 29 de febrero de 2012

27.

Los días cada vez se hacen más pesados, cada vez cuesta más levantarse, andar, respirar...
La vida pierde sentido poco a poco, las fuerzas se agotan, y mis miedos crecen, a la vez que mis ganas de morir.
Yo antes quería ser feliz, yo tenía sueños e ilusiones... pero todo eso, toda esa inocencia murió el día en que abrí los ojos, el día en que me di cuenta que los amigos solo son pequeñas dosis de felicidad pero que finalmente se agotan; que el amor de tu vida se va sin decir adiós y se lleva tu esperanza, tu alegría, tu propia vida sin pedir permiso; que no existe un futuro, solo un presente y que por norma tendemos a desaprovecharlo; que el mundo es cruel y egoísta, y que estás sola, tú, tú y nadie más, y para variar eres un fracaso.
Ahora solo quiero ser perfecta, sin amigos, sin amores prohibidos... sin un mundo que no me quiere. Y aunque cada vez que me mire al espejo me enfade conmigo de nuevo, aunque haga llorar a mamá, aunque algún día el precio que pague sea muy alto, seguiré...seguiré... porque quiero, porque esto es lo que más se asemeja a la denominada felicidad, o al menos a esa felicidad que sentía cuando tú estabas a mi lado.


domingo, 26 de febrero de 2012

26.

Nos quedan esas noches frías, sí, y ese indeseable dolor que poco a poco se come las fuerzas y quita las esperanzas de aquellos que creían que las cosas podrían mejorar, que las cosas cambiarian un día. Pensaban eso hasta que se vieron abordados por el dolor de la pérdida, por el sufrimiento que no para, por ese sufrimiento que nadie lo detiene, por esos recuerdos que nos invaden junto con aquellos que hoy ya no están. Esas personas que con su ausencia por poco no nos llevan por el mismo camino de oscuridad, por poco no nos llevan con ellos. Sin quererlo (porque no podemos elegirlo tampoco) perdemos los estribos de un barco que nunca fue nuestro. Lloramos, golpeamos las paredes, maldecimos, culpamos al cielo y el infierno por acabar con todo eso que amamos más en esta vida. No los queremos ni arriba ni abajo, los queremos aqui, a nuestro lado. Ya es tarde. Siempre que quieres darte cuenta de algo, termina siendo tarde. Tarde para solucionar problemas, para pedir perdón e incluso, para decir adiós.


viernes, 24 de febrero de 2012

25.

Me había enamorado. Porque no, no existía ninguna otra explicasión que tuviese sentido. No es que me iba en mis pensamientos porque la vida era difícil de vivir, no es que salía a caminar para poder deprimirme un poco más, no es que salía a bailar para poder olvidarme de el. Todas aquellas veces que hacía todas esas cosas, pensaba en él. Y era como una cinta rayada, volviendo siempre a la misma parte de la película: él sonriéndome. Y si, siempre supo y siempre supe que es lo que me gusta. Pero, en verdad siempre fue más que un capricho, sólo que me costó horrores admitirlo porque admitirlo era ser esa chica frágil, fácil de tirar abajo. No estaba preparada para un golpe de ese tipo. Pero cuando lo ví sonreír, un día, luego de unos cuantos meses de esto rondando mi cabeza, simplemente lo supe y me dije a mi misma "bueno, parece que algo es seguro, voy a enloquecer por esa sonrisa". Y todo su ser me llevó a la locura, llena de vida y experiencias. Totalmente renovada, nueva para mí que había probado muchos sinsabores en la vida. Él pintó el cuadro de color cuando creí que sólo existía el blanco y el negro, me enseñó toda esta paleta de colores que nos rodean, un sinfin de matices, y el arcoíris siempre brillando con el reflejo del sol en el agua. Lo entendí todo cuando esa sonrisa misteriosa se topó con la mía y me hizo sentir que todo lo demás, desaparecía.


Se que suena totalmente extraño, se que no lo vas a entender pero quiero que lo sepas, te quise y si, estuve enamorada de ti. Y aveces, creo que ese estuve en pasado se vuelve a estoy en presente. Pero se que eso es algo que me pasa a mi, y no creo que a ti. ¿No?. Noches como esta, desearía que nunca nadie se atreviera a robarte esa sonrisa. Que nunca nadie se atreviera a hacerte daño porque lo vales todo, y más.

viernes, 10 de febrero de 2012

24.

Otra vez, termino siendo quien se queda esperando hasta tarde que llames, esperando que al menos mandes una señal de vida que te traiga de regreso. Me repito que esto no puede volver a suceder pero aqui estamos, en el mismo sitio cometiendo los mismos tontos errores. En un punto parece que no nos valoramos, que ya no tiene sentido seguir construyendo sobre las cenizas de lo que un día parecía felicidad. Justo cuando pensé que esto se estaba tornando en algo serio e importante en mi vida, despierto y todo resulta ser un sueño. Un tipo de esperanza que se desvanece cuando comienzas a sentirla real.


domingo, 5 de febrero de 2012

23.

Volver a sentir ese extraño pellizco en el estómago, y te miras, pensando qué diablos has hecho mal esta vez. Porque querías intentar estar bien, porque al menos parecía valer la pena luchar con o sin espada contra todos aquellos que se atreviesen a triarte abajo. Así creía que funcionaban las cosas. Pero las cosas cambian a un ritmo devastador y muchas de esas veces me pierdo, me mareo y vuelvo para empezar de cero. Me canso, estoy cansada, y comienzo a sentir ese miedo de no saber a quien recurrir, con quien hablar. Siento este pellizco y me rasguño el estómago frente al espejo. No es fácil comprender. Claro que no. Eso lo comprendí cuando todos aquellos que decían entender se fueron y me dejaron sabiendo que al final, la que tenía razón era yo.