viernes, 20 de enero de 2012

22.

Puedo sentirte olvidándome. Puedo ver como me hundes en tu recuerdo, me dejas sin aire, me dejas con poco y nada. Quieres que este bien, que siga con mi vida como si no hubiera pasado nada, como si todo hubiese sido un sueño lejano que es imposible de recuperar. Mi corazón quiere hundirse por si solo, por sus razones y motivos acumulados y no por alguien que ha roto mis esperanzas. Mi corazón, cabezota, siempre está a tu favor. De alguna manera, nunca te vas de mi. Siempre termino teniendo esta sensación incomoda de que vas y vuelves. Giro en círculos, persiguiendo esta sombra que se parece a ti, que no se cansa de huír de mi, que me hace recordar esa forma en que cada día te quería un poco más. Me pregunto cuando esto parará, cuando le podremos poner fin o al menos, comenzar. . Quiere que esté bien pero no sabe comprender que tenerle es lo que me hace estar tranquila, en paz al menos. No digo que tengas pinta de príncipie, eres más bien como esos superhéroes que salvan vidas pero que no pueden atarse a nada, a ningun sentimiento. Para mi siempre fuiste un barco, naufragando, sin rumbo, lejos en el horizonte. Lejos, ya muy lejos de mí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario